Sabíais que el color naranja es el color con más aromas y sabores exquisitos??? Será por eso que es utilizado como estimulante del apetito.
De hecho, yo lo primero que ingiero cada mañana es de color naranja… sin eso no soy persona… eso y un Cola Cao a poder ser frío. Soy de la liga anti-café.
Aunque lo cierto es que, a pesar de que es uno de los colores con mayor número de connotaciones positivas, también es uno de los más odiados a la hora de vestir. Os lo digo yo, que tengo una tienda y sé de lo que hablo… Es una fobia que normalmente va emparejada con el amarillo. Puede que algún día haga un estudio sobre el tema.
Me tengo que incluir porque hace un tiempo tampoco me atraía demasiado… lo tenía metido en el saco de los “colores intensos” que descartaba utilizar junto con el rosa… os acordáis? (pincha aquí).
Pues cosas que tiene la vida, fue el color elegido para crear mi primer diseño a medida, a mi medida. Me encantó el tejido, un hilo rústico que quedaba precioso en ese tono y empecé a trabajar en él. Se trataba de un mini vestido. Un vestido un poco trampa porque en realidad parece un traje compuesto por falda y top, pero lo que no se ve es que ambas piezas van unidas por un forro…
PÔLET by Paula Jolan, Fotografía de Julia D. Velázquez
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No tenía ninguna finalidad que no fuese acabar bien lo que tenía en mente… y terminé tan contenta con el resultado que decidí estrenarlo en la pre-boda de nuestros amigos Lola y Antonio, de la que dentro de poco hará ya 4 años… Como pasa el tiempo!
Una vez acabado decidí añadirle el babero de flecos en color granate. Naranja y granate es una combinación de colores que siempre me ha gustado. Encontré un botón antigüo en el mercado de los martes y los viernes en Colón, y se lo puse a modo de broche en el centro del escote delantero.
PÒLET by Paula Jolan, Fotografía de Julia D. Velázquez
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La espalda la dejé completamente abierta, únicamente iba sujeta en la parte superior por un botón que adorné con un par de borlas en el mismo color que el babero de flecos…
Hace 4 años que hice este vestido, el primero, el inicio de lo que se convertiría en un enganchón a la aguja… y tengo que reconocer que me sigue encantando como el primer día.
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